lunes, 19 de agosto de 2019

CÓMO LA TECNOLOGÍA DIGITAL TE VUELVE ADICTO MANIPULANDO LA RESPUESTA DE DOPAMINA DE TU

LA TECNOLOGÍA MODERNA UTILIZA TU SISTEMA DE DOPAMINA EN TU CONTRA

El analista de medios Douglas Rushkoff, en su libro y en su podcast Team Human, ha sugerido que debemos pensar en la tecnología digital como una droga, cuyos efectos en nuestra conciencia debemos evaluar. La manera en que el Internet se ha convertido en la droga más usada del mundo es manipulando el sistema de recompensa del cerebro, basado en la dopamina. Los teléfonos celulares y sus aplicaciones son hoy en día una forma sofisticada de máquina tragamonedas.
Para entender cómo la tecnología digital se ha difundido casi ubicuamente en el mundo, dando lugar a la economía de la atención, debemos primero conocer qué es la dopamina y cómo efectúa lo que se conoce como el sistema de recompensa. Robert Sapolsky, profesor de biología de Stanford, es uno de los principales expertos en el tema. Mientras que la dopamina suele llamarse “el neurotransmisor del placer”, Sapolsky ha matizado que en realidad la dopamina es el neurotransmisor de “la anticipación del placer”. La diferencia es importante puesto que es esta anticipación de una recompensa (el placer) la que que nos impulsa hacia lo que se conoce como tareas orientadas hacia una meta y la cual permite una psicología conductual, o el reforzamiento de ciertas conductas a través de la promesa de una recompensa. La dopamina es lo que media o regula la motivación que sentimos para hacer algo. Es por esto que cuando nos volvemos adictos a ver porno en Internet o a ver fotos en Instagram no sólo comprometemos nuestro control de la atención, sino también nuestra fuerza de voluntad (esto lo veremos más adelante).
El experimento seminal que mostró que la dopamina está vinculada sobre todo con la anticipación de una recompensa fue realizado con un grupo de monos, a los cuales se les entrenó para realizar una tarea básica por la cual recibían una recompensa. Los monos debían apretar un botón unas 10 veces, después de las cuales recibían comida. Observando el cerebro de los monos, los científicos notaron que éste producía dopamina en cuanto detectaba la señal de que debían realizar la tarea -y la dopamina disminuía una vez que ya estaban disfrutando de la recompensa-. Lo más relevante de esto es que cuando el experimento se realizaba de tal forma que los monos sólo recibían la recompensa un 50% de las veces, las descargas de dopamina subían enormemente, a niveles cercanos a los que produce la cocaína, superando por mucho a cuando recibían la recompensa el 100% de las veces. A esto Sapolsky lo llama “la magia del tal vez” (the magic of maybe). Algo de lo cual son completamente conscientes los dueños de los casinos en Las Vegas. Algunas máquinas tragamonedas están diseñadas para que se produzcan resultados muy cercanos al Jackpot, para que se estimule justamente esta magia del tal vez, la anticipación de que quizá la siguiente vez, ahora sí, será la buena. El genio de estas personas consiste en engañar a sus clientes para que piensen que lo que en realidad sólo tiene un 5% de posibilidades de ocurrir (o menos), tiene un 50%.
Tristan Harris sugiere que las plataformas de Internet funcionan de manera similar a los casinos, jugando con los estímulos de una “recompensa variable”, y que los teléfonos pueden ser vistos como máquinas tragamonedas (slot machines). El motor detrás de la tecnología digital que nos parece irresistible y fabulosa es justamente este enfrentarnos cotidianamente con la posibilidad, con quizás encontrarnos algo que nos produzca placer y nos dé sentido -y aunque el placer que recibimos puede ser menor y ciertamente efímero, el hecho de que la posibilidad esté siempre ahí, disponible, y que los mismos placeres estén intercalados de nuevas posibilidades y limitados a dosis intermitentes, es lo que los hace tan adictivos-. Harris explica que al usar estas apps no sabemos si descubriremos un mail interesante, una avalancha de likes o nada. "Cada vez que haces un scroll-down es como una máquina tragamonedas de Las Vegas. No sabes lo que viene después. A veces es una foto hermosa. A veces es sólo un anuncio". La autora Susan Greenfield lo describe así:
Un pulso del dedo provoca un pálido resplandor. Esperas la cascada de dopamina de un mensaje entrante. Como un patológico apostador, vuelves a checar. Y otra vez. Alimentas tus impulsos narcisistas con unos tuits. Sin tener información cara-a-cara, bajas un peldaño a un amigo de Facebook [porque te comparas con él viendo sus posts]. Surfeando en tu soledad, le das like a algunos otros. Horas después de pájaros catapultados, picas el botón de “apagar”. Repites el ciclo. No te das cuentas de que tus sinapsis no están conectando.
Más allá de esta descripción un poco hiperbólica (necesaria a veces en la era digital para llamar la atención de los usuarios), estos tristes comportamientos suelen ser el resultado no sólo de la alienación que vivimos como personas o del contenido de nuestras vidas, sino del medio mismo, del contexto, del programa y de la programación en sí misma, el medio es el mensaje. Algunas de las más exitosas innovaciones en plataformas como youtube o facebook se sirven, intencionalmente o no, de este mecanismo de anticipación de la felicidad, de lo nuevo, de algo que nos guste más y nos entretenga. Por antonomasia, el newsfeed de facebook es un algoritmo basado fundamentalmente en un circuito de recompensa y reforzamiento mostrándonos posts que no nos interesan mucho, anuncios y otros posts que nos producen una pequeña pero contundente dosis de placer. Al decirle a facebook lo que nos gusta, nos aseguramos de que nos dé más de lo mismo, pero no siempre. (en este sentido la tecnología digital es como las relaciones amorosas, generan dopamina siempre que se mantengan un tanto impredecibles). El botón de like, implementado en 2009, incrementó exponencialmente el engagement de los usuarios y puede considerarse un hito en la historia de las redes sociales -luego sería copiado por casi todas las otras redes-. Un éxito rotundo no sólo porque afirmaba la necesidad de pertenencia y reforzamiento social de los usuarios, sino porque al hacerlo generaba una mina de oro de datos. Otras funciones dignas de considerarse son el autoplay de diferentes sitios, el adictivo snapstreak de snapchat y el popular push-to-refresh. Este último es particularmente sintomático. Existen funciones muy simples para que una página se actualice sola cuando se hace un scroll-down pero los usuarios prefieren ellos mismos dar un clic para que la página se refresque, quizás de la misma manera en que los apostadores disfrutan jalar la palanca ellos mismos en una máquina tragamonedas para participar en lo que les aguarda. Ese instante de participación y anticipación es lo que nos engancha. 
CEREBRO

domingo, 29 de noviembre de 2015

EL METRO COMO OBJETIVO PROPAGANDISTICO

Por Lewis Pereira*
Si algo tiene la oposición venezolana es que no es seria y esta formada, en su mayoría, por gente soberbia y ambiciosa que se creen mas inteligentes que los demás y capaces de inocular su disociación a otros, sin resistencia alguna. Tal es el caso del señor Lenis Ramírez, periodista del Semanario “Quinto Día” y autor del artículo titulado “Asalto tipo comando en el Metro de Caracas”. En este artículo este señor utiliza al Metro para ganar notoriedad y llamar la atención hacia su persona. Uno no puede permitir que una mentira, que uno sabe que es una cruel mentira y vulgar manipulación de la Opinión Publica, pase por verdad y logre su objetivo causando el efecto perverso que el emisor persigue y es el caso de este artículo publicado en la edición del 09 al 16 de octubre, en este semanario, que uno  pensaba  era una diario serio y confiable.
En este artículo, este señor que se dice ser periodista, sostiene que los usuarios de un tren localizado entre las estaciones Plaza Venezuela y Sabana Grande, fue secuestrado por asaltantes que portaban  armas larga  y que robaban a todas las personas. Allí relata lo que supuestamente vivieron los usuarios al ser víctimas de un secuestro colectivo, relato que se asimila a las prácticas de ficción de Taller de Redacción de  la escuela de periodismo de la UCV.
Este señor en su relato  afirma que el operador del tren fue sacado de la cabina, apuntado nada más y nada menos que por tres asaltantes con armas largas y que pedía por su vida: “No me maten, por favor no me maten…., imploraba el trabajador”. En este punto les puedo asegurar que no existe tal operador, que no hay ningún trabajador tratado sicológicamente  por una trauma como este y que no he visto ni escuchado a ninguno de mis compañeros, que nos vemos e interactuamos todo los días y que haya vivido tal experiencia y le digo a este señor que deseos no empreñan y que a nadie se le ocurra pensar que esto es cierto o que haya sucedido  algún día. ¿O esta es la intención de este irresponsable y perverso opositor?
También afirma, en este cuento, este digno representante del mayamerismo venezolano, que los delincuentes: “…Cual trabajador del Metro se desplazaron por el túnel de contingencia”. A lo que le respondo que ningún trabajador del Metro se desplaza así como así  por los túneles, que para eso es necesario un protocolo de seguridad que activa a “todo el mundo” ya que allí hay riesgo eléctrico y tráfico constante de trenes. Además, no existen tales túneles de contingencia. Con más de veinte años laborando en esta empresa  desconozco dicho término.
Otro punto que toca Ramírez es: “Luego que los asaltantes finalmente se perdieron de vista, el tren cerro sus puertas y anduvo nuevamente los pocos metros que faltaban por llegar a la estación Sabana Grande. Una vez se detuvo allí dejo salir a los aliviados pasajeros, quienes daban gracias por haber salido de esa experiencia con vida, entre ellos el operador, quien al parecer vio la muerte de cerca y prefirió sentarse en el suelo a esperar ser auxiliado”,  aquí le informo que por un evento como este el operador y los  usuarios deben ser atendidos en el sitio por lo que el tren no pudo moverse hasta la siguiente estación y que pudiera ocurrir la escena que este señor describe.
El llamado es a el  señor Ramírez a ejercer profesionalmente el periodismo con ética, con moral y responsabilidad, a no utilizar e involucrar a los trabajadores en situaciones como estas  y a la oposición a ser un poco más responsable y seria, sino seguiremos pensando que la oposición no es opción

Actitudes personalistas no deben dañar la imagen de una institución
A punta de pistola si bajaron los militares a un  operador de trenes en los patios de Línea Uno, el 13 de octubre cuando el señor presidente de la Republica, Nicolás Maduro, realizaba su programa desde la instalaciones del Metro en Propatria.
Cuando el operador realizaba una rutinaria maniobra de estacionamiento  de un tren hacia los  galpones de mantenimiento,  fue sorprendido por militares encargados de la seguridad del presidente e instado  abandonar la cabina del tren apuntado. Después de abandonar la cabina fue sometido   por estos militares a un sicoterror acusándolo  de terrorista y amenazándolo con arrestarlo y llevarlo al sebin por terrorista.
El operador les manifiesta  que él solo cumple instrucciones de  la Torre de Patio encargada del estacionamiento de los trenes. Un coronel con otros militares,  haciendo caso omiso de lo que decía el  trabajador, que solo hacia su trabajo lo trasladan hasta la instalaciones de la Torre de Patio donde un grupo de militares ingresa a la sala de control y haciéndole una “rueda de pescao”, al trabajador de turno lo amenazan  con ser arrestado por terrorista y al mismo tiempo  le pedían explicación por algo que es rutinario en la labor del trabajador de trenes del Metro como es estacionar un tren  para su mantenimiento o limpieza en patio. El trabajador de Torre les expone en la necesidad de estacionar ese tren allí,  ya que no había mas espacios donde hacerlo  y que no sabia que esa área era el perímetro de seguridad de  dicho acto.
Estos son los militares son los militares que a las primeras de cambios arremeten contra el pueblo, en este caso contra el la clase obrera, contra los trabajadores  y no son dignos representantes de nuestra gloriosa Fuerza Armada, fundada por nuestro libertador Simón Bolívar,  libertadora de cinco naciones y enaltecida por nuestro eterno comandante Chávez.
Menos mal que la razón triunfo ante la injusticia y mientras este Coronel arremetía contra los trabajadores, otro militar digno representante de nuestra Fuerza Armada, utilizó la lógica y la razón y evitó que se cometiera una gran injusticia.
Nadie vio, nadie escucho, nadie supo, pero esto si paso y lo que queremos es que estos trabajadores más adelantes no sean atropellados por una confusión como esta y que alguien se haga responsable por el vejamen y el mal trato a estos trabajadores, próximos a jubilarse, ya con casi treinta años en la empresa y que lo único que han hecho es entregar su esfuerzo por prestar un servicio de calidad y humano al pueblo venezolano.

*Periodista
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